Oraciones en tiempo de epidemia

ORACIONES PARA TIEMPOS DE EPIDEMIA.

-Entremos en la presencia del Señor
-Para cantarle y salmodiarle a nuestro Dios.
-Dios mío ven en mi auxilio
-Señor date prisa en socorredme.
Por la señal † de la Santa Cruz, de nuestro † enemigos líbranos Señor † Dios nuestro.
En el Nombre del Padre y del Hijo † y del Espíritu Santo. Amén.
-Nuestro auxilio está en el nombre del Señor
-Que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, amén.
V. Entre el vestíbulo y el Altar, lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo.
R. Perdona, perdona a tu pueblo, Señor.
V. Señor, no nos trates según nuestros pecados.
R. Ni nos castigues según nuestras culpas.
V. Señor, no recuerdes nuestros antiguos crímenes.
R. Ni tomes venganza de acuerdo con nuestros delitos.
V. Ayúdanos, Dios, Salvador nuestro.
R. Y líbranos, por la gloria de tu Nombre.
V. Senos propicio, Señor, a pesar de nuestros pecados.
R. Por tu Santo Nombre.
-Señor escucha nuestra oración
-Y llegue a Ti nuestro clamor.
Acto de contrición: Señor mío Jesucristo…
Oración.
 ¡Oh Dios Omnipotente! que en tu ira enviaste la peste sobre tu pueblo en el desierto, por su obstinada rebelión contra Moisés y Aarón; y así mismo en tiempo del Rey David, destruiste con pestilencia a setenta mil personas, y con todo esto, acordándote de tu Misericordia, salvaste a los restantes: ten piedad de nosotros miserables pecadores, que al presente nos hallamos amenazados  con enfermedad y mortandad, para que como entonces aceptaste el arrepentimiento y la penitencia de tu pueblo y mandaste cesar al Ángel exterminador, de igual modo te dignes mandar cesar ahora esta epidemia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Salmo 90
*Tú que habitas al amparo del Altísimo,
a la sombra del Todopoderoso,
dile al Señor: mi amparo, mi refugio
en ti, mi Dios, yo pongo mi confianza.
*El te libra del lazo
del cazador que busca destruirte;
te cubre con sus alas
y será su plumaje tu refugio.
*No temerás los miedos de la noche
ni la flecha disparada de día.
ni la peste que avanza en las tinieblas
ni la plaga que azota a pleno sol.
*Aunque caigan mil hombres a tu lado
y diez mil a tu derecha,
tú permaneces fuera de peligro;
su lealtad te escuda y te protege.
*Basta que tengas tus ojos abiertos
y verás el castigo del impío
tú que dices: «Mi amparo es el Señor»
y que haces del Altísimo tu asilo.
*No podrá la desgracia dominarte
ni la plaga acercarse a tu morada,
pues ha dado a sus ángeles la orden
de protegerte en todos tus caminos
*En sus manos te habrán de sostener
para que no tropiece
tu pie en alguna piedra;
andarás sobre serpientes y leones
y pisarás alacranes y dragones.
*»Pues a mí se acogió, lo libraré,
lo protegeré, pues mi Nombre conoció.
Me llamará, yo le responderé
y estaré con él en la desgracia.
*Lo salvaré y lo enalteceré.
Lo saciaré de días numerosos
Y haré que pueda ver mi salvación».
Gloria al Padre…
FORMA DE REZAR EL ROSARIO DE LAS SANTAS LLAGAS.
1.-  Oh Jesús, Redentor Divino, sed misericordioso con nosotros y con el mundo entero. 
2.-  Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, tened misericordia de nosotros y del mundo entero. 
3.-  ¡Perdón! ¡Misericordia, Jesús mío!; durante los presentes peligros cubridnos con vuestra preciosa sangre. 
4.- Padre Eterno, ten piedad y misericordia por la Sangre de Jesucristo vuestro único Hijo; tened piedad y misericordia de nosotros, os lo suplicamos. Amén, Amén, Amén.
(En las cuentas grandes del Rosario. En lugar del Padrenuestro, se reza la jaculatoria):
 Padre Eterno, yo os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, tu amadísimo hijo, por medio de las Inmaculadas manos de María para curar las llagas de nuestras almas.
(En las cuentas pequeñas del Rosario: En lugar de las 10 Avemarías, se repite 10 veces la jaculatoria):
 Jesús mío, perdón y misericordia por los méritos de Vuestras Santas Llagas.
Gloria al Padre…
Madre llena de aflicción de Jesucristo las llagas grabad en mi corazón.
Al terminar el Rosario se repite tres veces:
Padre Eterno, yo os ofrezco las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, tu amadísimo hijo, por medio de las Inmaculadas manos de María para curar las llagas de nuestras almas.
Letanías de la Preciosa Sangre
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten piedad y misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Sangre de Cristo, el Unigénito del Padre Eterno, Cúbrenos en los presentes peligros y sálvanos.
Sangre de Cristo, Verbo de Dios encarnado,
Sangre de Cristo, del Nuevo y Eterno Testamento,
Sangre de Cristo, derramada sobre la tierra en la agonía en el huerto,
Sangre de Cristo, vertida copiosamente en la flagelación.
Sangre de Cristo, brotada de la coronación de espinas,
Sangre de Cristo, derramada en la Cruz,
Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación,
Sangre de Cristo, sin la cual no hay perdón,
Sangre de Cristo, bebida y limpieza de las almas en la Eucaristía,
Sangre de Cristo, manantial de misericordia,
Sangre de Cristo, vencedora de los Demonios,
Sangre de Cristo, fortaleza de los mártires,
Sangre de Cristo, sostén de los confesores,
Sangre de Cristo, que haces germinar vírgenes,
Sangre de Cristo, escudo en el peligro.
Sangre de Cristo, alivio de los afligidos,
Sangre de Cristo, consuelo en el llanto,
Sangre de Cristo, esperanza de los penitentes,
Sangre de Cristo, auxilio de los moribundos,
Sangre de Cristo, paz y ternura de los corazones,
Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna,
Sangre de Cristo que libras a las almas del Purgatorio,
Sangre de Cristo, acreedora de todo honor y de toda gloria,
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad y misericordia de nosotros.
V.- Oh, Señor, nos has redimido en tu Sangre.
R.- Y nos has hecho reino de nuestro Dios.
Oremos: Dios omnipotente y eterno, que has hecho de tu hijo Unigénito el Redentor del mundo, y has querido ser aplacado por su Sangre, concédenos, te suplicamos, que de tal modo adoremos el precio de nuestra salvación, que por su virtud nos salvemos de los peligros de la vida presente especialmente de esta epidemia, y alcancemos el gozo de sus frutos eternamente en el Cielo. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo, tu hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos, Amén.
✠ ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ✠
Atiéndenos, Señor, salvación nuestra, y mediante la intercesión de la bienaventurada y gloriosa siempre Virgen María, Madre de Dios, del bienaventurado San Roque y de todos los Santos, libra a tus fieles de los terrores de tu ira, y hazles que se sientan seguros con la abundancia de tu misericordia.
Señor, escucha propicio nuestras súplicas y oraciones, cúranos los males del alma y cuerpo, para que alcanzado tu perdón, con tu constante bendición nos alegremos. Por los siglos de los siglos. Amén
(El Excmo. Sr. Arzobispo de Buenos Aires, Dr. Mariano Antonio Espinosa, concedió 100 días de indulgencia a este ejercicio piadoso el 17 de Mayo de 1920).
Salmo89
*Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
*Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
*Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna.
*Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
*¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.
*Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.
*¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
*Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
*Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
*Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Gloria al Padre…
ORACION.
Una cruz protectora contra la plaga, aprobada por el Concilio de Trento.
+ Oh Cruz de Cristo, sálvame.
Z. Que el celo por tu gloria me libre.
+ La Cruz conquista; la Cruz reina; la Cruz gobierna; por la Santa Cruz líbrame, oh Señor, de esta epidemia.
D. Dios, Dios mío, aleja esta epidemia de mí y de este lugar, y líbrame.
I. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu, mi corazón y mi cuerpo.
A. Antes del cielo y la tierra, Dios ya existía; y Dios puede librarme de esta epidemia.
+ La Cruz de Cristo expulsará la peste de mi casa y de mi cuerpo.
B. Es bueno esperar la ayuda de Dios en silencio, para que aleje de mí esta peste.
I. Inclinaré mi corazón a realizar tus acciones justas, y no me confundiré, porque te he llamado.
Z. Tenía envidia en ocasiones de los impíos, al ver la paz de los pecadores; pero he esperado en ti.
+ La Cruz de Cristo pone a los demonios en fuga, el aire corrupto; y ahuyenta la peste.
S. Yo soy tu salvación, dice el Señor; grítame y te escucharé, y te líbrame de esta epidemia.
A. El abismo llama al abismo, y has expulsado demonios con tu voz; Líbrame de esta peste.
B. Bendito el hombre que espera en el Señor, y no mira las vanidades y las falsas extravagancias.
+ Que la Cruz de Cristo, que una vez fue la causa de escándalo e ignominia, y que ahora es gloria y nobleza, sea para mi salvación y expulse de mi casa al demonio, el aire corrupto y la epidemia de mi cuerpo.
Z. Que el celo por el honor de Dios me convierta antes de que muera y, en tu nombre, sálvame de esta epidemia.
+ La señal de la Cruz librara al Pueblo de Dios, y a aquellos que confían y claman a él, de la peste.
H. ¿Volverá este necio al Señor? Cumple tus votos, ofreciéndole un sacrificio de alabanza y fe, porque él puede librar mi casa y a mí, de esta peste; porque el que confía en él no será confundido.
G. Si no te voy a alabar, déjame que se me pegue la lengua al paladar y a las mandíbulas; libera a los que esperan en ti; en ti confío; Líbrame a mí y esta casa, oh Dios, de esta peste, porque tu nombre ha sido invocado en oración.
F. A tu muerte, oh Señor, la oscuridad cayó sobre toda la tierra; Dios mío, haz que el poder del diablo sea débil y muy débil, porque es para esto que has venido, oh Hijo de Dios vivo: para destruir las obras del diablo con tu poder, salga de mi casa y de mí, tu siervo, esta epidemia; y el aire corrupto se aleje de mí, hacia la oscuridad exterior.
+ Defiéndenos, oh Cruz de Cristo, expulsa de nuestras casas la epidemia, y libra a tus siervos que estamos aquí reunidos de esta epidemia, tú que eres amable, piadoso, de mucha misericordia, y verdadero.
B. Bienaventurado el que no mira vanidades y falsas extravagancias; En el día del mal, el Señor lo librara; Señor, he confiado en ti; Líbrame de esta peste.
F. Dios se ha convertido en mi refugio; porque he confiado en ti, líbrame de esta peste.
R. Mírame, oh Señor mi Dios Sabaoth, desde Tu trono sagrado de tu Majestad, ten piedad de mí, y gracias a tu misericordia, líbrame de esta peste.
S. Tú eres mi salvación: cúrame y seré curado; sálvame y seré salvo.
«Yo te saludo, Yo te adoro, Yo te abrazo, Oh admirable Cruz de mi Salvador. Protégenos, guárdanos, sálvanos. Jesús te amo tanto, por su ejemplo, Te amo. Por tu imagen santa calma mis temores, que Yo solo sienta paz y confianza.» O Crux Avem specs unica «Et Verbum caro factum est». Oh Jesús, vencedor de la muerte, sálvanos.
Oremos.
Óyenos, Dios Salvador Nuestro, y por la intercesión de la Gloriosa siempre Virgen María, Madre de Dios, de los Santos Roque y  Sebastián, y de todos los santos, libra a tu pueblo del pavor de tus castigos, dándole la confianza en tu inmensa misericordia.
Te rogamos, Señor, que apartes propicio la muerte y la epidemia, a fin de que nuestros corazones mortales reconozcan que sufren flagelos cuando te enojas, y que Tú también eres Quien los hace cesar por tu gran misericordia. Te lo pedimos por Jesucristo, Señor nuestro. Amén.
«STELLA CAELI». PARA TIEMPO DE EPIDEMIA.
Virgen Purísima, Estrella del Cielo, que dio de lactar al Señor quién
destruyó la peste de la muerte.
Dígnese ahora esta Estrella aplacar al cielo,
que airado contra la tierra destruye a los pueblos con la cruel plaga de muerte.
Oh piadosísima Estrella del mar, Líbranos de la peste.
Sé propicia a nuestras oraciones, oh Señora, pues tu Hijo, que nada te niega, más bien te honra.
Oh Jesús, sálvanos, a aquellos por los que ruega la Virgen María, tu Madre.
A los que contra esta epidemia, en Vos amparo buscamos,
Ángeles y Santos extiendan Vuestro manto celestial, y así no tema le infeste
Quien Tu protección implora.
V/. En todas nuestras tribulaciones y angustias,
R/. Socórrenos, auxílianos oh piadosísima Virgen María.
OREMOS: Dios de misericordia, Dios de piedad, Dios de perdón, que te conmueves por la aflicción de tu pueblo, y le dijiste al Ángel que golpeó a tu pueblo: detén tu brazo; por el amor de esa gloriosa Estrella, María Santísima de cuyo precioso cofre bebiste suavemente la leche contra el veneno de nuestros pecados; ven a ayudarnos con Tu gracia divina para que, por intercesión de la Santísima Virgen María, su Madre y de san Roque, sin duda nos veamos libres de cualquier contagio pestilente y muerte imprevista, y nos salvemos del peligro de perdernos. Por Jesucristo, Rey de gloria, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
San Miguel Arcángel…
Madre mía y esperanza mía…

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal. Líbranos Señor de la peste y de todo mal. (3 veces)

Por Vuestras llagas, por Vuestra Cruz. Líbranos de la peste, Divino Jesús. (3 veces)

Madre mía y esperanza mía…

Jesús, Jose y María, amparadnos noche y día.

Vayamos en paz, a glorificar a Dios con nuestras vidas.

4 comentarios en “Oraciones en tiempo de epidemia

  1. Gracias Sr . Por todas tus bendiciones.
    Sr. Perdoname yo reconozco que soy pecadora pero también reconozco que me arrepiento y se que tu con tu infinita bondad me perdonas gracias padre amado entrego mi famila a ti Sr

Deja un comentario