Oh, Santo Patriarca, me regocijo contigo por la exaltada dignidad por la cual fuiste considerado digno de actuar como padre de Jesús, de ser obedecido por aquel a quien el cielo y la tierra obedecen.Oh, gran santo, como fuiste servido por Dios, yo también deseo ser llevado a tu servicio. Te elijo, después de María, para ser mi principal defensor y protector.Prometo honrarte todos los días mediante algún acto especial de devoción y poniéndome bajo tu protección diaria.Por esa dulce compañía que Jesús y María te dieron en tu vida, protégeme durante toda la vida, para que nunca me separe de mi Dios al perder su gracia.Mi querido San José, ruega a Jesús por mí. Ciertamente, Él nunca puede rechazarte nada, ya que obedeció todas tus órdenes mientras estabas en la tierra. Dile que me separe de todas las criaturas y de mí mismo, que me encienda con su santo amor, y que luego haga conmigo lo que a Él le plazca.Con esa ayuda que Jesús y María te dieron al morir, te suplico me protejas de una manera especial a la hora de mi muerte, para que al morir asistido por ti, en compañía de Jesús y María pueda ir a agradecerte en el paraíso y, en tu compañía, alabar a mi Dios por toda la eternidad.
Amén
